Deberes y derechos de los futuros adultos responsables

La educación es la clave para que los niños y niñas se conviertan en adultos responsables. Y para ello, es importante que ellos mismos conozcan sus derechos y por supuesto, sus deberes. 

“Los derechos de la infancia son aquellos que tienen los niños y las niñas y los adolescentes por el mero hecho de haber nacido. Estos son innatos, irrenunciables, inalienables y esenciales para una buena infancia y, por tanto, se convierten en obligatorios”

Hablamos del Derecho a la igualdad, sin distinción de etnia, religión o nacionalidad, el Derecho a una protección especial que asegure un crecimiento mental y social sano y libre, el Derecho a un nombre y a una nacionalidad, a una alimentación, vivienda y atención médica adecuados, a una educación y atención especiales para los niños y niñas con diversidad funcional… seguido de un largo etcétera.

Pero ¿y qué pasa con los deberes?

Los adultos, tenemos la responsabilidad de facilitar el entorno y las condiciones para que los niños y las niñas puedan llevar a cabo sus deberes. Como futuras personas responsables deben conocer claramente sus derechos y defenderlos, pero deben conocer también que todos los derechos implican una serie de compromisos:

• Participar en la vida familiar y respetar a sus progenitores, hermanos y otros familiares. 
• Respetar las normas de convivencia tanto en la escuela como en casa. 
• Entender como una obligación estudiar durante la etapa de enseñanza obligatoria. 
• Respetar a las personas de su entorno.

Es importante, para que todo ello se conozca y se ponga en práctica, reflejar en nuestro día a día, todos esos derechos y responsabilidades. 

¿Y cómo podemos hacerlo?

• Debatiendo: un buen ejercicio es invitar a los niños y niñas a hablar y debatir sobre algún tema de actualidad. Este tipo de actividad les ayuda a empatizar y a desarrollar habilidades como la búsqueda de argumentos y el respeto de distintas opiniones. 
• Los juegos de roles: una actividad donde se representen diferentes situaciones del día a día les ayuda a pensar en cómo se siente cada personaje en la acción representada, cuáles son sus derechos y obligaciones.  

No debemos olvidar que como adultos, somos el ejemplo a seguir de nuestros hijos e hijas o de aquellos niños y niñas que tenemos a nuestro alrededor. 

Es nuestra responsabilidad también, demostrarles una buena comprensión de sus derechos y deberes, reconociendo sus esfuerzos y logros de forma positiva para incentivar el aprendizaje.

En definitiva, somos el espejo en el que se ven reflejados y debemos educarles no solo en sus derechos y  deberes, sino haciéndoles entender que son parte del cambio hacia un futuro cada día mejor. Sus acciones cuentan y cada paso marcará su futuro.